Hola, soy hija del paciente J.G.A.B. Quiero expresar mi profundo agradecimiento por el cuidado que recibió mi papá en sus últimos días. Su diagnóstico fue complejo y requirió no solo de atención médica, sino también un acompañamiento lleno de humanidad. En medio de un proceso tan delicado, hubo un enfermero cuya presencia marcó una diferencia inmensa. Profesional, amable, cálido, con un trato que convertía la habitación en un espacio de paz y consuelo. Gracias a su entrega y sensibilidad, mi papá se sentía tranquilo, cómodo y, dentro de lo posible, feliz. Su forma de cuidar no solo le dió el alivio a él, también nos dio paz a nosotros como familia. Porque lo que Miguel brindó no fue solo atención: fue dignidad, respeto y una compasión que jamás olvidaremos. Mi gratitud es infinita. Y hoy, con todo el corazón, celebro este merecido reconocimiento para quien supo sanar más allá del cuerpo y acompañar con el alma. 

Hello, I am the daughter of patient J.G.A.B. I want to express my deep gratitude for the care my father received in his final days. His diagnosis was complex and required not only medical attention, but also support filled with humanity. In the midst of such a delicate process, there was a nurse whose presence made an immense difference. Professional, kind, warm, with a manner that turned the room into a space of peace and comfort. Thanks to his dedication and sensitivity, my father felt calm, comfortable, and, as much as possible, happy. His way of caring not only brought relief to my father, but it also gave us, as his family, peace. Because what Miguel offered was not just care: it was dignity, respect, and a compassion we will never forget. My gratitude is infinite. And today, with all my heart, I celebrate this well-deserved recognition for someone who knew how to heal beyond the body and accompany with the soul.